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Hospital del Salvador acumula seis años de retraso y conflicto con constructora amenaza con nuevas postergaciones

  • Foto del escritor: Alexander Chest
    Alexander Chest
  • 26 may
  • 3 Min. de lectura

La apertura del complejo ya se pospuso, nuevamente, para 2026. Esta vez, la concesionaria y el MOP acusaron demoras en la conexión eléctrica por parte de Enel.





Fuente: Capital

Fecha: 26.05.2025







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El año 2019 fue elegido por las autoridades para que el Hospital del Salvador y el Instituto Nacional de Geriatría abrieran sus puertas. Sin embargo, seis años después de esa fecha, este hito aún no ocurre.


Durante este periodo, el proyecto -a cargo del Consorcio de Salud Santiago Oriente, controlado por el grupo mexicano GIA y con participación del fondo BlackRock- enfrentó una serie de obstáculos que han ido postergando su inauguración, como retrasos en el inicio de las obras, hallazgos arqueológicos, el estallido social y la pandemia.


Tras superar esos contratiempos, en 2024 el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y la concesionaria lograron un nuevo acuerdo, el cual estipulaba que la inauguración de uno de los complejos hospitalarios más grandes del país -cuya inversión alcanza los US$ 400 millones- sería el 30 de junio de 2025. Pero una vez más, la fecha fue reprogramada.


Según explicó la Dirección General de Concesiones (DGC), los plazos vigentes del contrato -modificado recientemente- ahora establecen que los edificios deben estar terminados en noviembre de 2025; la puesta en servicio provisorio quedó fijada para enero de 2026, mientras que la apertura al público se estima para el primer semestre de ese año.


Conexión eléctrica


Según documentos de la DGC relativos a la ampliación de plazos, a los que accedió DF, esta vez, la concesionaria y las autoridades apuntaron a Enel como causante de las postergaciones. En marzo, la sociedad concesionaria solicitó a la Inspección Fiscal una prórroga, invocando causas de fuerza mayor asociadas al retraso en la conexión del suministro eléctrico por parte de la firma de capitales italianos.


Según detalla el documento presentado, la empresa no concluyó las obras necesarias para realizar la conexión definitiva en los puntos establecidos por el proyecto, ubicados en Avenida Salvador y calle José Miguel Infante. Así, el suministro eléctrico provisorio, que debía comenzar el 14 de octubre de 2024 con una capacidad de 1.900 kW, no se concretó.


La falta de conexión, explicó el consorcio, impidió ejecutar labores previas requeridas para iniciar las pruebas de los sistemas. Además, dijo que esta situación ha generado impactos adicionales, como el impedimento de la movilización y despliegue de equipamiento médico y mobiliario, y ha obstaculizado la puesta en funcionamiento de ciertos sistemas.


Desde Enel Distribución indicaron que los trabajos para brindar el suministro eléctrico han tenido una duración extendida, ya que se trata de una obra de gran envergadura; y agregaron que actualmente el hospital cuenta con una potencia provisoria conectada de 4.097 kW, lo que equivale al 73% del total.


“La finalización de los trabajos está supeditada a la adecuación interna de la subestación, tareas que no dependen de Enel. Según la información disponible, se estima que estos trabajos concluyan en julio de 2025”, enfatizó la eléctrica.


Nuevo conflicto


Este retraso desencadenó en un conflicto interno entre la constructora, la concesionaria y el MOP, lo que podría complicar aún más la culminación del proyecto.


En 2024, cuando la cartera y la sociedad concesionaria acordaron una modificación contractual para establecer nuevos plazos, también se fijó una compensación económica para financiar las obras restantes.


El monto determinado fue UF 711.283 (casi US$ 30 millones), que sería reconocido de acuerdo a su valor proforma, es decir, el desembolso se haría en función de los costos reales en que incurriera la concesionaria, hasta ese tope, siempre que fueran debidamente acreditados.


Sin embargo, según fuentes conocedoras del proyecto, ese “fondo” ya estaría prácticamente agotado, pese a que aún quedan trabajos por completar. De acuerdo con el último informe de avance disponible, correspondiente a marzo, el progreso físico de la obra alcanza un 93,44%, el de instalaciones un 89%, y el de arquitectura un 96%. Es decir, la construcción aún no concluye, pero los recursos ya se habrían consumido.


Frente a este panorama, la Constructora de Infraestructura de Chile (CICH) -también ligada a la mexicana GIA y a cargo de la obra- habría solicitado recursos adicionales. De no recibirlos, advirtieron fuentes, la compañía evalúa detener la construcción o incluso abandonar el proyecto; escenario que pondría en riesgo la nueva fecha de entrega de las instalaciones.


Consultada al respecto, la sociedad concesionaria optó por no entregar declaraciones. Sin embargo, fuentes ligadas al sector destacan que el diálogo entre las partes sigue activo y se están buscando fórmulas para superar los puntos críticos. (Laura Guzmán)

 
 
 

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