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Obras por $21 mil millones: los proyectos frustrados por "permisología" y hallazgos arqueológicos

  • Foto del escritor: Alexander Chest
    Alexander Chest
  • 14 jul
  • 6 Min. de lectura

Dos importantes proyectos por $21 mil millones, en Valparaíso y Valdivia, fueron frenados luego de hallazgos arqueológicos.





Fuente: Biobío Chile

Fecha: 13.07.2025






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Las exigencias de preservación incluso terminaron botando la iniciativa del Centro Interdisciplinario de Neurociencias porteño, que fue cancelado por su encarecimiento. Más de $3.100 millones se han gastado en los últimos cinco años por trabajos arqueológicos, según lo informado por el Ministerio de Obras Públicas.


Luego de que se invirtieran más de $1.090 millones para el rescate arqueológico, el año pasado fue cancelado el proyecto del Centro Interdisciplinario de Neurociencias en Valparaíso. La idea era renovar el edificio de calle Severín, donde existió la antigua iglesia de La Compañía de Jesús y funcionó en 1828 la sede del Congreso Constituyente.


La inversión, de más de $7.425 millones, buscaba también repotenciar el histórico barrio La Matriz, considerado el más antiguo de la ciudad. Sin embargo, no hubo Centro de Neurociencias, ni se realizó la recuperación arqueológica correspondiente. Sólo quedó la excavación: un hoyo expuesto a la intemperie.


No se trata del único proyecto que ha tenido dificultades por los hallazgos arqueológicos. En Valdivia la renovación del Museo de Arte Contemporáneo (MAC) se encuentra frenada desde 2022.


Tras la quiebra de la empresa a cargo, el gerente general de ésta acusó al Ministerio de Obras Públicas (MOP) por graves indefiniciones en el proyecto.


$5 mil millones para trabajos arqueológicos


14 años de trabajo a la basura. La iniciativa del Centro Interdisciplinario de Neurociencias se venía gestando desde 2010 y en 2018, con el inicio de las obras, existía esperanza de que el nuevo edificio estuviera listo en 20 meses.


Hoy, la fachada del edificio patrimonial detrás de la iglesia La Matriz permanece como un mero escombro. “Cuando estaban excavando encontraron restos arqueológicos. Inmediatamente la construcción se paró”, recuerda Ramón Latorre, director del Centro Interdisciplinario de Neurociencias de Valparaíso.


Según cuenta el doctor en Bioquímica, se encontraron indicios de cementerios, uno de antes de la colonia y otro posterior a ella, y algunos restos precolombinos.


Los costos se elevaron considerablemente. Tan sólo lo presupuestado para los escarpes controlados ascendía a $841 millones.


“Había que hacer una construcción arqueológica en todo el sitio. Eran más de $5.000 millones en total. Era imposible conseguir los fondos”, comenta Latorre.


¿El resultado? Con el fin del proyecto no se realizó la recuperación arqueológica, quedando la excavación ya realizada expuesta. “Fue como si los gobiernos de este país, o el mismo Valparaíso, hubiesen tenido algún tipo de desorden interno, una entropía máxima, que hizo que el proyecto fracasara”, analiza Latorre.


Intereses en conflicto


De acuerdo a la normativa vigente, el encargado de la obra debe someter a aprobación del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) los planes de rescate arqueológico. En el caso de las iniciativas públicas, es el Ministerio de Obras Públicas, a través de la Dirección de Arquitectura, el que debe realizar las licitaciones y contrataciones para cumplir con la recuperación.


Para el abogado José Manuel Valencia Cerasa, experto en infraestructura y construcción, el problema es que muchas veces chocan intereses que no se concilian. “El foco del Consejo de Monumentos Nacionales no está puesto en que la obra sea eficientemente ejecutada, sino en la preservación arqueológica”, recalca.


En el caso del Centro de Neurociencias, el gobernador regional de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, opina que falló la institucionalidad completa. Desde su perspectiva, hubo una “cadena de fallas” con procesos que fueron extremadamente lentos y que afectaron para que la empresa considerara insostenible la obra.


“Hubo una falta de visión de los procesos tempranos: un diseño que contemplaba construcción subterránea, un gran volumen de excavaciones, no se hizo una caracterización adecuada, no se pudo prever la magnitud del rescate arqueológico, lo que impactó fuertemente y disparó el tiempo y costos de las obras”, afirma Mundaca.


Responsabilidad del CMN


Ramón Latorre, en tanto, responsabiliza directamente al Consejo de Monumentos Nacionales: “Es lo más arcaico y lo más dañino que pueda haber. Nosotros después de la pandemia seguimos conversando con el MOP, con el Gobierno Regional para reanudar la obra. Pero nos encontramos con esta pared que estaba poniendo unos precios estratosféricos”.


Desde la Secretaría Técnica del CMN, por su parte, comentaron que el rol del Consejo es “autorizar excavaciones arqueológicas y paleontológicas, evaluando los informes entregados por los arqueólogos a cargo y determinando la continuidad de las obras”.


“Por ello, resulta clave anticiparse a través de estudios previos, que permitan planificar de manera adecuada, prevenir hallazgos inesperados y considerar el componente arqueológico como parte del ciclo de inversión desde el inicio”, añadieron.


Por otro lado, la Secretaría Técnica del CMN destacó que se está trabajando en una nueva Ley de Patrimonios –que se encuentra en segundo trámite constitucional en el Senado–, un nuevo reglamento de excavaciones y en la actualización de criterios de evaluación, “con el objetivo de compatibilizar el desarrollo de proyectos con la debida protección del patrimonio arqueológico nacional”.


Desde el Centro de Neurociencias se encuentran estudiando la posibilidad de un nuevo proyecto en la bodega Simón Bolívar, como parte del futuro Parque Barón.


El MAC de Valdivia en veremos


En los últimos cinco años se han hecho hallazgos arqueológicos asociados a 16 contratos de obras. Por ellos, se han debido invertir más de $3.137 millones en trabajos arqueológicos, de acuerdo a información entregada por la Dirección de Arquitectura del MOP a BBCL Investiga.


Además del caso de Valparaíso, en Valdivia el proyecto de renovación del MAC se mantiene en vilo desde 2022.


Se trata de una iniciativa con dos etapas, por más de $12.700 millones. En este caso, los hallazgos arqueológicos no fueron el único factor, pero sí influyeron en la decisión de la empresa B+V de paralizar la obra en 2022.


Según explicó en su momento a Radio Bío Bío el gerente general de la constructora, Francisco Villaseñor, en un comienzo recibieron tres estudios arqueológicos para proteger cinco hallazgos, pero terminaron encontrando 19 en total, lo que significó paralizar las faenas y comenzar la tramitación con el CMN.


“Lamentablemente, la Dirección de Arquitectura del MOP se ha negado sistemáticamente a pagar la enorme cantidad de gastos generales que hemos tenido que solventar como constructora. Nunca se reconocieron los problemas que teníamos en los proyectos entregados”, indicó Villaseñor, que cifró los desembolsos extras en $1.500 millones.


Actualmente, tras una inversión de $693 millones en recuperación arqueológica según el MOP, el proyecto sigue en veremos, pero por otros inconvenientes. Desde el ministerio se dieron cuenta de que el terreno donde se emplaza el MAC y que pertenece a la Universidad Austral (UACh) está hipotecado con Scotiabank.


Por ello, el Gobierno está buscando expropiar el paño, o que la UACh entregue otro en hipoteca a la entidad financiera para así no poner en riesgo la inversión estatal.


Empresas quebradas


En tanto, la compañía B+V quebró, una situación que también se dio con el Centro de Neurociencias de Valparaíso, con la firma Brotec Construcción SpA.


Según explica el abogado José Manuel Valencia, a veces existen provisiones en los contratos que protegen a las empresas contratistas, pero no siempre. En general, las compañías deben mantener un número mínimo de trabajadores a disposición, incluso cuando la obra no puede avanzar.


Si bien existe una previsión en el artículo 148 del Reglamento de Contrato de Obras Públicas que permite al Estado ordenar la paralización, Valencia dice que el MOP es reacio a aplicarla, porque la cláusula “impone la indemnización de los gastos generales al contratista”.


Pero el efecto de las demoras por los hallazgos arqueológicos varía según proyecto. De los contratos informados por el MOP, por ejemplo, uno de los más cuantiosos es el del Museo Antropológico San Miguel de Azapa, por más de $18.600 millones.


En ese caso, la Constructora Cosal S.A. quebró en 2023, aunque desde el Gobierno Regional de Arica y Parinacota descartaron que el tema arqueológico hubiese sido un factor importante.


“En 2022, el Consejo de Monumentos Nacionales aprobó el Plan de Manejo Arqueológico y los permisos de excavación con monitoreo. A partir de ese momento, la obra pudo continuar su desarrollo de manera programada. Incluso, durante los procesos de análisis arqueológico en un sector específico del terreno, las partidas fueron reprogramadas y las obras continuaron en otras zonas, sin paralización general”, comentaron desde el GORE.


El organismo detalló que el Consejo Regional aprobó los fondos para la reactivación de las obras, por lo que se desarrollará una nueva licitación con una proyección de tres años para finalizar la construcción. (Yerko Roa)



 
 
 

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