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El 6 de octubre arranca edificio de 10 pisos que amenaza a monumento histórico

  • Foto del escritor: Alexander Chest
    Alexander Chest
  • 29 sept
  • 4 Min. de lectura

La primera de varias reuniones para analizar las medidas preventivas y obras de mitigación sostuvo la dirección del Centro Cultural Casa Gonzalo Rojas, en conjunto con el Servicio Nacional de Patrimonio (Serpat Ñuble) y representantes de la empresa constructora San Agustín (Los Ángeles).





Fuente: La Discusión

Fecha: 23.09.2025






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La primera de varias reuniones para analizar las medidas preventivas y obras de mitigación sostuvo la dirección del Centro Cultural Casa Gonzalo Rojas, en conjunto con el Servicio Nacional de Patrimonio (Serpat Ñuble) y representantes de la empresa constructora San Agustín (Los Ángeles), que a partir de este 6 de octubre inicia las obras de un edificio de departamentos, en el sitio colindante a la que fuera la casa del poeta, en la ciudad de Chillán, declarada Monumento Histórico, desde 2024.


Estas citas se alinean bajo el propósito de evitar daños tanto a las estructuras de la casa patrimonial, como a los jardines (creados por el propio vate) o a las obras y colecciones que se exhiben en su interior, pero además, para consensuar posibles obras de mitigación, considerando los perjuicios insalvables que la estructura que se empinará por cerca de 28 metros desde la cota cero, significa para el centro cultural, ubicado en calle El Roble 1051.


Por ejemplo, el torreón identitario de la casa, que ha servido por décadas de mirador hacia la cordillera, perderá este privilegio totalmente al quedar tapado por la estructura de hormigón que albergará un total de 117 departamentos habitacionales en una planta aproximada de 580 metros cuadrados.


Pese a esto, tanto en Casa Gonzalo Rojas (CGR), como en el Serpat, admitieron que la empresa constructora se ha mostrado llana a colaborar y han demostrado plena conciencia de la responsabilidad que demanda una faena junto al centro cultural.


Laura Daza, directora de CGR, explicó que “para nosotros es importante establecer las dinámicas que significará la activación de obras para que estas causen el menor impacto posible, para eso es necesario mantener una comunicación fluida con la constructora, generar de manera conjunta algún plan de emergencia ya sea por polución o daño estructural, así como acordar los tiempos de respuesta en caso de reparaciones”.


Una de las disposiciones inmediatas fue la de establecer alguna estructura liviana y desmontable que evite el paso de polvo o caída de material hacia los jardines, ubicados al fondo de la casa patrimonial, así como la posibilidad de reemplazar la mayor parte de la pandereta del costado oriente, que por los años que lleva instalada, ya presenta grietas y desgaste.


Jonathan Méndez, jefe de proyecto Plaza El Roble, afirmó que “el estado de las panderetas es algo que nos preocupa, lo que ofrecimos fue reemplazarlas con los materiales y especificaciones que se nos solicite, para mejorar lo existente. Hasta el momento, lo que se nos ha pedido son exigencias bastante aterrizadas”.


De todas formas, añade que hubo otras exigencias que deberán ser analizadas en profundidad, ya que se trata de materias que no son del total conocimiento, en cuanto al manejo, por parte de la empresa.


“Por ejemplo, no somos expertos en temas de conservación de obras de arte, por lo que no podemos asegurar que la limpieza de un cuadro es algo que podamos costear sin asesorarnos antes. Pero por lo mismo es tan importante que sigamos con estas reuniones, y asistiremos a las que sean necesarias”, precisa.


En cuanto a las obras de mitigación, en Casa Gonzalo Rojas explica que aún no las han formulado, pero esperan ponerlas en el pliego de solicitudes una vez definida de manera íntegra el plan de manejo preventivo de la obra.


Lecciones que aprender


El arquitecto Claudio Martínez, director del Servicio de Patrimonio regional, confirma que “en la actualidad, la Municipalidad de Chillán no cuenta con las herramientas legales para haberse opuesto ni negado a otorgar los permisos de edificación. Pero si se hubiesen tomado los resguardos cuando se realizó el Plan Regulador Comunal vigente (1989-2016), esto se pudo impedir”.


Sin embargo, para el director, tanto el edificio, que tendrá estándares de construcción vanguardistas, como la presencia del centro cultural, le generarán “un valor añadido a este barrio del centro de Chillán y esa reciprocidad debe estar clara y generar un diálogo colaborativo entre ambas instancias”.


Con la mirada a futuro, y con base en otros casos similares en otros países, Martínez sugiere aprender la lección y “asegurarse que para el diseño del nuevo plan regulador comunal de Chillán, se protejan los entornos de aquellos lugares de alto valor patrimonial, cultural o natural, de manera tal que se resguarden sus entornos”.


Por último, en el centro cultural anticiparon que debido al ruido que supone la edificación, y los otros efecto de mover tierra, excavar y el constante tráfico de camiones y maquinaria al recinto contiguo, “se verá muy limitada nuestra agenda cultural, al menos en esta primera etapa, que por lo que se nos informó, tomará cerca de tres o cuatro meses, razón por lo que la programación principal se organizaron para los meses de septiembre y octubre”. (Felipe Ahumada)



 
 
 

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